"Mi gran inspiración es la naturaleza, sus colores y formas.".

— Inma Amaya Campo

En ocasiones, me dejo simplemente llevar, sin una visión previa del resultado final. Sin embargo, la mayoría de las veces, observo y documento lo que me rodea, presto atención a las peculiaridades de aquello que quiero representar, estudio a otros artistas y sus maneras de crear. Todo esto enriquece la pieza a ejecutar.

Una vez elegido el tema - sea una obra particular, ilustraciones para un libro, un proyecto propio- hago bocetos de lo que será la pieza. Si se trata de plastilina, busco la paleta de colores que mejor se adapte a lo que quiero transmitir y genero distintos tonos mezclando el material; éste es el comienzo del proceso, las posibilidades son infinitas en función de las mezclas que voy creando y de la forma en la que se trabaje la plastilina.

Las piezas pequeñas las trabajo sobre acetatos transparentes o cristal que, a la hora de enmarcar, me permiten más flexibilidad. Las piezas grandes se realizan directamente sobre madera, para impedir que el peso del propio material suponga un problema a futuro.

 La plastilina es un material maleable que permite trabajar con él de distintas formas, puedes crear piezas 3D, aplicarlo cómo si fuera óleo o crear texturas con relieve que generan sombras de forma natural.

Una de las técnicas que más me gustan es la del “bordado”, pero con pequeñas hebras de plastilina. Con ella intento transmitir la delicadeza del material y el mimo con el que está trabajado. Una base de plastilina servirá de soporte a lo que luego serán los filamentos que crearán la obra, dicho apoyo me ayuda a definir las luces y los volúmenes antes de comenzar con el trabajo minucioso.

Finalmente, el enmarcado se convierte en un paso clave para la conservación de la obra, sin olvidar nunca el valor estético al que contribuye. Busco siempre la sencillez, para que predomine la pieza en sí.